Las primeras impresoras compactas aparecieron de la mano de los ordenadores personales en torno a los años 80 del siglo XX. Antes, este tipo de dispositivo era exclusivo de centros en los que se desarrollaban tareas de impresión profesionales como sucede con la cartelería de gran formato y otros sectores.
Pero desde que se hicieron un hueco en los escritorios de oficinas y de casa, las impresoras no han vuelto a perder su protagonismo. Los modelos más avanzados son, además, económicos gracias al trabajo de empresas como HP, Epson o Brother que han conseguido crear una gran oferta de impresoras.
Vamos a dejarte ahora con una tabla donde puedes ver las características de cada tipo de impresora con mayor facilidad.
Las impresoras de tinta pueden acumular suciedad en los cabezales y perder calidad de impresión, por lo que puede ser necesario que debas realizar un mantenimiento regular que te resultará sencillo con estos pasos:
Abre el cajón en el que se encuentren los cartuchos de tinta y retíralos con cuidado de no manchar nada.
Verás unos contactos metálicos en los que se apoyaban los cartuchos. Límpialos suavemente con un paño que no deje pelusas o con un bastoncillo para los oídos.
Ahora debes localizar los puntos de contacto del carro de impresión que son los que transmiten la tinta al papel.
Límpialos también con los mismos materiales que usaste antes.
Para terminar, realiza una impresión de prueba y calibrado desde el menú de tu impresora para que el equipo vuelva a estar en condiciones de imprimir eficientemente.
