Los pañales son auxiliares ineludibles en la vida del bebé, desde que nace hasta que aprende a controlar sus esfínteres. También hay situaciones en las cuales su uso resulta obligado, de manera temporal o permanente. Por ejemplo, al envejecer. Desde tiempos remotos se han usado distintos materiales como pañales. Durante los siglos XIX y XX se utilizaron pañales de tela de algodón y, luego, de celulosa, más absorbente y confortable. Los primeros pañales desechables se fabricaron alrededor de 1945 en Suecia, y su precio era prohibitivo. Actualmente los pañales destacan por su suavidad y sus prestaciones.
Una de las tareas que más se repiten cuando se tiene un bebé y de las tareas que más trabajo suele costar para los padres primerizos. Te contamos el secreto y los pasos que debes seguir para cambiar un pañal con éxito:
Lávate las manos antes y después de realizar el cambio de pañal.
El espacio para cambiar el pañal debe ser seguro y cómodo para el bebé y para ti.
Asegúrate de tener a mano los pañales, las toallitas húmedas y, si la utilizas, alguna crema humectante, y que todo quede fuera del alcance del bebé.
Abre el pañal y colócalo a un lado del lugar donde estará el bebé.
Acuesta al bebé en el lugar que utilices para cambiar sus pañales como, por ejemplo, una mesa cambiador o una cómoda con cambiador.
Sujétalo siempre con una mano sobre su tripita, y no te apartes de su lado mientras esté en dicho lugar.
Quita sus patucos, calcetines y abre su ropa de la cintura para abajo, y ponlos en un lugar donde no puedan mancharse ni el bebé pueda cogerlos.
Despega las tiras del pañal, levanta el culete sosteniendo el bebe por sus tobillos con una mano y con la otra retira el pañal sucio. Puedes tirarlo al suelo.
Limpia la zona genital del bebé de adelante hacia atrás, cuidando de que los pliegues de la piel queden bien limpios.
Levanta nuevamente al bebé por sus tobillos y coloca el nuevo pañal bajo el culete, cuidando de que esté en la posición correcta.
Despega las tiras y pégalas sobre la banda de colorines frontal, asegurándote de darle el ajuste correcto. Debes poder deslizar fácilmente dos dedos entre la tripita y el pañal.
Viste al bebé y déjalo en un lugar seguro.
Recoge el pañal sucio, enróllalo sobre su superficie interior y séllalo con las tiras adhesivas para desecharlo. ¡Listo!
El momento de cambiar el pañal a un bebé debería aprovecharse para reforzar el vínculo afectivo, por lo que resulta estupendo cantar o hablar al pequeño. De ese modo todo transcurrirá con alegría y tranquilidad.
