El número de personas que se mueven en patinete eléctrico no hace más que crecer, y es natural. Los patinetes eléctricos son mucho más que una moda pasajera, pues ofrecen un medio de transporte alternativo, económico y sencillo de conducir. Su ligereza y dimensiones permiten transportarlos y almacenarlos fácilmente. Existen patinetes eléctricos de una rueda, de dos, de tres y de cuatro ruedas, propulsados por motores alimentados por baterías. El antepasado del patinete eléctrico fue el monopatín inventado en 1963 por Mickey Muñoz y Phil Edwards. Ambos apasionados por el surf, quisieron llevar su deporte favorito a las calles y, por eso, el primer monopatín recibió el nombre de “Surf Roll”.
Comparamos los tres tipos de patinetes eléctricos y ciclomotores según la DGT:
Cuando uses tu patinete eléctrico, tendrás que tener en cuenta estas directrices a la hora de cargarlo para no quedarte sin batería:
Abrir el compartimento de la batería.
Extraer la batería, si es desmontable. Este tipo de modelos es superior, ya que evita el sobrecalentamiento de la batería y prolonga su vida útil.
Conectar la batería al cargador proporcionado por el fabricante y enchufar su clavija a un tomacorriente estándar.
En los modelos que llevan baterías integradas se conecta el cargador al propio patinete.
Vigilar el proceso de carga. Es necesario supervisar los indicadores luminosos que informan del estado de la carga, para desconectarla lo antes posible una vez que se haya completado. En general, las baterías se cargan completamente en un lapso de entre tres y seis horas, aunque algunas tardan más.
Volver a introducir la batería en su sitio y cerrarlo adecuadamente.
