Agua Brava 200 ml After shave

El after shave más maravillosO que se ha creado nunca, esto es para mí Agua Brava. Un clásico que ha pasado de generación en generación, de padres a hijos, inmune a las modas. Una dosis de belleza natural que ha bañado con su secreto infinitas pieles.

Agua Brava recrea un bosque de pinos mediterráneo, es la brisa que nos llega, el particular aroma balsámico que arrebata nuestra nariz cuando caminamos junto a una arboleda. La salida cítrica y refrescante dura muy poco, para dejar paso enseguida a la idea central: aroma a pino, salpicado por laurel y maderas y una ligerísima capa de cuero.

Agua Brava sigue siendo esa cuna invisible que suavemente mece el alma perdida entre tantas ilusiones fallidas, sigue siendo ese edredón que siempre arropa cuando el frío cala tanto hasta los huesos que se parten de un chasquido, es esa voz que con su calor te da ese aliento para seguir adelante después de tener las rodillas magulladas de tantas caídas, es ese ungüento que nadie sabe que lleva pero siempre te cura tu angustia y te deja respirar hondo y poder volver a tomar aire para continuar en la selva de la vida.

Agua Brava es ese bosque al que siempre vas y en el que dentro de su oscuridad siempre encuentras una luz que aún con los ojos cerrados te hace llegar siempre al mismo lugar, tu esencia, quien eres, hacia dónde sabes que vas y dónde sabes nunca encontrarás tu sitio. Un bosque que en su oscuridad húmeda y de lianas te ofrece refugio, un bosque lleno de agujeros en los árboles donde siempre hay un regalo que enfrasca bellos recuerdos, recuerdos que siempre están ahí para ti, recuerdos que él sabe guardar como ninguno de los demás potingues que tengas en el armario.

Agua Brava ya no es una generación, es una leyenda que está siempre dispuesta a contarte en cualquier momento que una buena fragancia no consta de publicidad, no consta de su precio, no vive porque esté de moda, sino que vive porque ha llegado dentro de ti por su belleza y siempre va a quedar en tu recuerdo.

Pese a tratarse de un agua de colonia, su proyección y duración son bastante aceptables, unas seis horas sin problemas. El aroma es absolutamente natural y cada detalle está encajado a la perfección. La versatilidad, además, es absoluta: energético en verano y acogedor en invierno, cualquier momento es bueno para usarla.

Rosendo Mateu creó un hito de la perfumería que no solo es fácil de encontrar, sino que resulta muy asequible. Me parece imprescindible para cualquier amante de las fragancias verdes. Tuve la suerte de disfrutar de Agua Brava durante toda mi infancia (mi padre la utilizaba sin criterio de escasez), y desde entonces no me ha abandonado en ninguna época de mi vida.

Entrar en su secreto equivale a no querer perderlo jamás. Es de esas colonias que crean afición y pasión por el mundo de los perfumes.