Colchones

No importa si vas a comprar colchones en Ikea, en Carrefour o en cualquier tienda especializada. Hay una serie de aspectos que debes considerar para asegurarte de elegir el adecuado para ti. El primero de ellos es la firmeza. Si duermes boca arriba, elige un colchón duro (látex, por ejemplo). En cambio, si duermes de lado, escoge uno blando (viscoelástica o muelles). Este permitirá que el hombro se hunda ligeramente y adquirir así una postura más cómoda. Por su parte, si tienes algo de sobrepeso, escoge siempre colchones de alta firmeza para evitar hundirte en él y que tu espalda se deforme. Lo mismo sucede si te mueves mucho mientras duermes. Uno muy blando puede hacer que te despiertes constantemente ante la dificultad para darte la vuelta. Además, si sueles pasar mucho calor por las noches en verano, apuesta por los colchones de muelles ya que no hay otros que ventilen mejor que ellos. En cambio, si eres friolero, apuesta por uno de látex o viscoelástica.

Si sufres dolores de espalda no solo debes fijarte en colchones cómodos a simple vista. Tu columna vertebral precisa de unos cuidados especiales mientras estás tumbado para evitar que, por la mañana, te levantes con molestias en la zona lumbar, dorsal o cervical. En concreto, los mejores colchones para personas con dolores de espalda son aquellos que tienen un núcleo rígido recubierto de espuma viscoelástica. Esto hace que no sean ni demasiado duros ni excesivamente blandos. Dicho núcleo debe estar fabricado en espuma HR o, en su defecto, con muelles ensacados. La capa de viscoelástica, que debe tener al menos 5-6 cm de grosor, es la que permite al colchón adaptarse a las formas de tu cuerpo y descargar las principales zonas de presión. Estas suelen concentrarse en las caderas y los hombros, sobre todo, en quienes duermen de lado.

Eso depende. Por ejemplo, si compras el colchón y te lo llevan ya instalado, podrás dormir en él desde el primer momento. En cambio, si te lo venden enrollado y llega a tu casa de esa forma, la cosa cambia. Tendrás que romper el envoltorio con mucho cuidado, tras lo cual se romperá el vacío interior y comenzará a entrar aire. Posteriormente, deberás situarlo sobre el somier y esperar, al menos, 12 horas antes de utilizarlo. Ese es el tiempo mínimo que necesitan los colchones viscoelásticos para adaptar su forma original, aunque muchos fabricantes recomiendan esperar, al menos, 24 horas. No lo utilices antes ya que puedes originar deformaciones en él irreversibles de cara al futuro. Por su parte, ten cuidado a la hora de comprar un colchón enrollado. En ningún caso debe permanecer así durante más de 30 días. Es recomendable que solicites al vendedor un albarán en el que aparezca la fecha exacta de recepción en el almacén.