Papel higiénico

Antes comentamos que es una cuestión relativa. A nivel mundial, la media de consumo de papel higiénico por persona es de 4 kg al año, lo que equivaldría a 0,33 kg/mes. Sin embargo, esa cifra no es real ya que hay muchos países que no tienen acceso a él o que, por tradición, no lo usan. Este es el caso, por ejemplo, de muchas naciones africanas y árabes. Por ejemplo, si nos fijamos en España, el consumo de papel higiénico anual por habitante es de 8 kg, es decir, 0,66 kg/mes. Dentro de Europa, los que más gastan son los suecos. En Suecia, esa cifra se eleva a 15 kg al año (1,25 kg/mes). Más elevada aún es la cifra correspondiente a los Estados Unidos. Allí, el gasto de papel es de 22 kg al año por persona. Esto es el equivalente a 1,83 kg/mes.

La composición del papel higiénico se basa, fundamentalmente, en la fibra vegetal y en la celulosa. Esta es sometida a un proceso de humedecimiento hasta formar una pasta compacta que, posteriormente, es secada por maquinaria industrial y dividida en hojas individuales o en rollos. A través de él se le pueden añadir una o varias capas. Esos materiales son biodegradables y no tienen impacto alguno para el medio ambiente. De hecho, se deshace al entrar en contacto con el agua, como habrás podido observar en muchas ocasiones. Adicionalmente, muchas marcas les agregan colorantes, perfumes y otras sustancias adicionales para conseguir que huelan mejor, tengan una apariencia más estética o posean propiedades medicinales en contacto con la piel.

De base, todos los tipos de papel higiénico son biodegradables ya que tanto la celulosa como la fibra vegetal poseen esta cualidad. Actualmente, la práctica totalidad del papel higiénico producido en el mundo se elabora a partir de ambos. El problema de la contaminación generada por el papel higiénico no procede, por tanto, de los materiales empleados para su fabricación, sino de los aditivos utilizados durante el proceso. Por ejemplo, para que adquiera ese tono blanco tan característico, es necesario emplear cloro, el cual sí tiene un impacto muy negativo sobre el agua y el medio ambiente en general. Si es rosa, se utilizarán también otros tipos de colorantes. Por su parte, esos perfumes que se agregan también son contaminantes tanto durante el proceso de elaboración como después del uso del papel higiénico.